Aloe vera
Aloe vera
La planta de aloe nos encanta y en LisaMar® estamos fascinados por su versatilidad y los beneficios que ofrece.
Origen e historia
El aloe vera, conocido botánicamente como Aloe barbadensis miller, pertenece a la familia de las Asphodelaceae y es una planta suculenta. El aloe vera, también conocido como "lirio del desierto", tiene su origen en el Mediterráneo y el norte de África, donde se ha valorado como planta medicinal durante más de 6000 años. La planta se caracteriza por sus hojas gruesas y carnosas que contienen una sustancia gelatinosa conocida por sus notables propiedades medicinales y cosméticas.
Los antiguos egipcios la utilizaban para la cicatrización de heridas y por sus propiedades cosméticas, lo cual se refleja en numerosos registros y artefactos históricos. La planta prospera especialmente en las regiones soleadas y secas del Mediterráneo, donde crece de forma natural y desarrolla sus valiosos ingredientes.


Uso
Existen alrededor de 450 variedades de aloe vera en todo el mundo, de las cuales el verdadero aloe, "Aloe Barbadensis Miller", se utiliza principalmente como producto medicinal y cosmético. En el Mediterráneo. Protección para tu piel. , el aloe vera se utiliza tradicionalmente por sus propiedades curativas e hidratantes.
Tras una intensa exposición solar, como es habitual en los veranos mediterráneos, el aloe vera se aplica como gel calmante para refrescar y regenerar la piel. Sin embargo, su uso va mucho más allá: se utiliza en... Cremas hidratantes, Sueros y máscaras utilizadas para Piel seca y estresada además de para revitalizar.
Propiedades y efectos
El aloe vera se caracteriza por sus potentes propiedades hidratantes, que penetran profundamente en la piel y proporcionan una hidratación duradera. Sus efectos calmantes y antiinflamatorios lo hacen especialmente adecuado para pieles irritadas o quemadas por el sol.
Hidratante
El aloe vera es un excelente humectante que hidrata intensamente la piel sin dejarla grasosa. Los polisacáridos del aloe vera ayudan a retener la humedad y forman una capa protectora que previene la pérdida de agua. Esto lo hace ideal para pieles secas, deshidratadas y sensibles.
Calmante y curativo
El aloe vera es conocido por sus propiedades calmantes, especialmente para quemaduras solares, irritaciones cutáneas y quemaduras leves. Sus propiedades antiinflamatorias y regenerativas aceleran la cicatrización de la piel dañada y alivian el enrojecimiento y el dolor.
Antiinflamatorio y antibacteriano
Las antraquinonas y el ácido salicílico del aloe vera poseen propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, lo que lo convierte en un ingrediente eficaz para el tratamiento del acné y otras afecciones inflamatorias de la piel. Ayuda a prevenir infecciones y a mejorar la apariencia de la piel.
Antioxidante y antienvejecimiento
Las vitaminas C y E, así como el betacaroteno del aloe vera, proporcionan potentes efectos antioxidantes que protegen la piel del estrés oxidativo y el daño ambiental. Esto contribuye a la prevención del envejecimiento prematuro de la piel y ayuda a minimizar las líneas de expresión y las arrugas.
Promover la cicatrización de heridas
El aloe vera acelera la cicatrización de heridas gracias a su capacidad para promover la proliferación celular y estimular la síntesis de colágeno. Diversos estudios han demostrado que el aloe vera favorece eficazmente la cicatrización de cortes, abrasiones y lesiones menores.


Ingredientes
El aloe vera es un tesoro de compuestos bioactivos, lo que explica sus versátiles aplicaciones en el cuidado de la piel y la medicina. Las hojas de aloe vera son ricas en vitaminas (A, C, E y B12), enzimas, aminoácidos y ácido salicílico.
Esta composición proporciona una acción antioxidante, antiinflamatoria y antimicrobiana que no solo calma la piel sino que también la protege de las influencias ambientales nocivas.
El alto contenido de polisacáridos, como el acemanano, favorece la regeneración celular y fortalece el sistema inmunológico de la piel.
Los compuestos más importantes del aloe vera son los polisacáridos, especialmente el acemanano. Estos compuestos son responsables de sus propiedades hidratantes, calmantes y antiinflamatorias. Forman una película protectora sobre la piel que retiene la humedad y, por lo tanto, previene la resequedad.
La piel sensible se manifiesta con hormigueo, tirantez, picazón y reacciones a estímulos externos como enrojecimiento, granitos y ardor. Esto se debe a una barrera cutánea debilitada, el manto ácido. Es importante considerar la piel y su cuidado de forma integral, teniendo en cuenta posibles causas como el estrés, las hormonas y la dieta. En el caso de la piel sensible, la elección correcta de productos para el cuidado de la piel es crucial. Los productos químicos que contienen alcoholes, conservantes y fragancias pueden atacar la barrera cutánea y volverla aún más sensible. Esto puede provocar imperfecciones y sequedad. Fortalece y protege tu piel eligiendo productos que la cuiden y de calidad.
Los minerales del aloe vera incluyen calcio, magnesio, zinc, cromo, selenio y cobre. Estos minerales refuerzan la función barrera de la piel, promueven la cicatrización y la protegen del daño ambiental.
El aloe vera contiene enzimas como la amilasa, la lipasa y la fosfatasa alcalina, que tienen efectos antiinflamatorios y eliminan las células muertas de la piel, ayudando así a mejorar el aspecto de la piel.
El aloe vera aporta 18 de los 20 aminoácidos esenciales, incluyendo 7 de los 8. Estos promueven la cicatrización de heridas y favorecen la regeneración tisular.
La piel madura se hace evidente con la edad. Generalmente, solo se considera madura después de los 50 años, pero los primeros signos de envejecimiento, en forma de líneas de expresión y arrugas, pueden aparecer incluso a los 27 años. La piel madura tiene menor capacidad para retener la humedad y, por lo tanto, pierde estructura, tono y elasticidad. Debido a los cambios hormonales, produce menos sebo, se vuelve más seca y sensible, y las arrugas pueden formarse con mayor rapidez. Además, la producción de colágeno y la regeneración celular de la piel disminuyen, lo cual es más notorio en el rostro, el cuello y el escote debido a la reducción del tejido graso.
La piel madura se hace evidente con la edad. Generalmente, solo se considera madura después de los 50 años, pero los primeros signos de envejecimiento, en forma de líneas de expresión y arrugas, pueden aparecer incluso a los 27 años. La piel madura tiene menor capacidad para retener la humedad y, por lo tanto, pierde estructura, tono y elasticidad. Debido a los cambios hormonales, produce menos sebo, se vuelve más seca y sensible, y las arrugas pueden formarse con mayor rapidez. Además, la producción de colágeno y la regeneración celular de la piel disminuyen, lo cual es más notorio en el rostro, el cuello y el escote debido a la reducción del tejido graso.